Actividades para contribuir a la percepción de riesgo del VIH/SIDA en los estudiantes de la Universidad de las Tunas

[1] MSc. Jorge de Jesús Acevedo Bruzón, orcid.0000-0002-0516-0770. Profesor auxiliar, Universidad Vladimir Ilich Lennin (UVIL), Profesor Metodólogo del Departamento de Extensión Universitaria. Las Tunas, Cuba. jacebedo@gmail.com

[2] Lic. Yulene Yaima Víctor Ramírez, orcid. 0000_0002_9326_4675. Profesor asistente. Instituto Superior Pedagógico (ISP). Profesora Metodóloga del Departamento de Extensión Universitaria, Las Tunas, Cuba. yaimavictorramirez@gmail.com


Atribución-No Comercial 4.0 Internacional (CC BY-NC 4.0).

Versión Online ISSN: 2815-6560


 

Resumen:


La labor de los educadores es un elemento básico en el proceso de transformación de la sociedad, dentro del cual la educación sexual ocupa un lugar importante, por lo cual el presente trabajo se dirige a ese fin. En él se hace una valoración crítica y reflexiva de los referentes históricos y teóricos que fundamentan la presente investigación donde se pudo comprobar que la vía más difundida es la prevención, mientras que se ha mantenido muy bajo el trabajo encaminado a la percepción de riesgo del Virus de Inmunodeficiencia Humano (VIH) como antecedente del sida. Es por ello que se ofrecen actividades para contribuir a la percepción de riesgo del VIH/SIDA en los estudiantes de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Pepito Tey”, desde un variado programa radial en vivo en los predios universitarios, en el que se incluyó una consejería cara a cara que permitió no solo atraer la atención del auditorio sino elevar la percepción de riesgo y con ello disminuir la proliferación de infecciones de transmisión sexual, esencialmente del VIH/sida. Los resultados obtenidos son favorables y reconocidos hoy por los estudiantes, sus familias y los directivos del referido centro, ya que han contribuido al conocimiento de las medidas de prevención con un mayor nivel de percepción de riesgo que han propiciado actitudes apropiadas para vivir una vida saludable, reducir riesgos en materia de salud sexual y prepararse para cumplir con éxito su función orientadora en las nuevas generaciones 

 

Palabras Clave: Actividades. Riesgo, Proceso. Estudiantes.


Abstract:


The work of educators is a basic element in the process of transformation of society, within which sexual education occupies an important place, for which the present work is directed to that end. In it, a critical and reflective assessment of the historical and theoretical references that support the present investigation is made, where it was possible to verify that the most widespread route is prevention, while the work aimed at the perception of risk of the Virus has been kept very low. of Human Immunodeficiency (HIV) as a history of AIDS. That is why activities are offered to contribute to the perception of risk of HIV/AIDS in the students of the "Pepito Tey" University of Pedagogical Sciences, from a varied live radio program on the university campus, which included a face-to-face counseling that allowed not only to attract the attention of the audience but also to raise the perception of risk and thereby reduce the proliferation of sexually transmitted infections, essentially HIV/AIDS. The results obtained are favorable and recognized today by the students, their families and the directors of the aforementioned center, since they have contributed to the knowledge of prevention measures with a higher level of risk perception that have led to appropriate attitudes to live a healthy life., reduce sexual health risks and prepare to successfully fulfill its guiding role in the new generations. 

 

Keywords: Key words: activities, risk, process, HIV, students 


1. Introducción


El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), responsable del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) embiste la parte fundamental del sistema inmunológico del ser humano y como consecuencia disminuye la capacidad de respuesta del organismo para hacer frente a infecciones oportunistas. El contagio con este virus se debe, fundamentalmente, a la desprotección de los sujetos a la hora de tener relaciones sexuales, actitudes que se originan por diversas causas subjetivas: tabúes, falta de orientación, irresponsabilidad y desconocimiento, que, aparejadas a una cultura y educación sexual desarticulada, signada por prejuicios, ha traído como consecuencia el aumento de infecciones transmisibles curables e incurables, entre las que se encuentra el VIH/SIDA.

La realidad muestra que es necesario seguir insistiendo en la necesidad de renovar la tarea educativa en cuanto al trabajo preventivo sobre el VIH, pues a pesar de la labor realizada por los centros educacionales, de salud, así como por otros organismos e instituciones previstos en los programas de educación de la sexualidad, aún son insuficientes las acciones para disminuir la epidemia caracterizada como uno de los desafíos sanitarios más acuciantes y tema prioritario en la agenda de problemas del mundo contemporáneo, por lo que su articulación con la sexualidad la instala en un terreno donde interfieren concepciones valorativas, tradiciones y costumbres sociales, apreciaciones morales, diferencias culturales, confrontaciones de distintas generaciones, conflictos, actitudes discriminatorias y prejuiciosas de los grupos que integran la sociedad.

La base teórico-metodológica que sustentó esta investigación es el enfoque dialéctico-materialista, que se desplegó mediante los métodos de nivel teórico y empírico. Los métodos de nivel teórico fueron utilizados para profundizar en las relaciones esenciales de los referentes teóricos para abordar el problema científico declarado, intervinieron en la interpretación de los datos empíricos y se utilizaron en la construcción y desarrollo de la propuesta de solución. Entre ellos se encuentran: 

El histórico y lógico que permitió el estudio del decurso histórico de la educación de la sexualidad, como hilo conductor dentro de la sucesión cronológica del surgimiento y evolución de la percepción de riesgo del VIH.

El análisis-síntesis: estuvo presente en todas las fases de la investigación, por constituir operaciones lógicas del pensamiento, se utilizó en el estudio de las fuentes bibliográficas, programas y documentos normativos del Ministerio de Educación relacionados con la educación de la sexualidad y la percepción de riesgo del VIH.

La modelación permitió diseñar el sistema de actividades para contribuir a la percepción de riesgo del VIH en los estudiantes de las universidades de ciencias pedagógicas, mediante la determinación de sus componentes y las relaciones entre ellos.

Los métodos del nivel empírico se utilizaron para captar el reflejo de la realidad desde el punto de vista de sus propiedades y relaciones accesibles a la contemplación sensorial, lo cual permitió obtener los datos necesarios para dar respuesta al problema científico planteado. De ellos se utilizaron: la observación, la encuesta y la entrevista.


 

1.1  Desarrollo. 

Para conocer el mundo interior o exterior del ser humano se necesita realizar un proceso de decodificación de los mensajes que se reciben a través de todo el cuerpo, definido como percepción, a través del cual las personas tratan de entender y organizar los estímulos generados por el ambiente y darles un sentido; es la capacidad de comprender su entorno y como respuesta actuar en consecuencia a los impulsos que recibe.

El psicólogo clásico Albert Neisser en 1898 planteó la percepción como proceso activo constructivo en el que el perceptor antes de procesar la nueva información y con los datos archivados en su conciencia, construye un esquema informativo anticipatorio que le permite contrastar el estímulo y aceptarlo o rechazarlo según se adecue o no a lo propuesto por el esquema construido. Se apoya en la existencia del aprendizaje.

Percepción es también el conjunto de procesos y actividades relacionados con la estimulación que alcanza a los sentidos, mediante los cuales obtenemos información respecto a nuestro hábitat, las acciones que efectuamos en él y nuestros propios estados internos, es la imagen mental que se forma con ayuda de la experiencia y las necesidades como  resultado de un proceso de selección, interpretación y corrección de sensaciones de un determinado conocimiento, pero es esencialmente la consecuencia de acciones a partir de conocer y comprender.

La percepción de riesgo, es decir, la susceptibilidad a sufrir consecuencias negativas, es una de las variables que en mayor medida se ha vinculado a las conductas de los individuos de contraer algún tipo de enfermedad, es un proceso complejo construido por la experiencia subjetiva de la vida diaria, el contexto social, político y cultural.

Es la probabilidad subjetiva de que una consecuencia negativa le ocurra al sujeto, lo que Gert Van Der Pligt, en 1998 definió como «riesgo incondicional», es decir, de una valoración sistemáticamente baja del riesgo, asociado a determinadas conductas y por tanto infructuosa para predecir su comportamiento.

Pero la percepción de riesgo en la sexualidad, expresa la visión que tiene una persona de infectarse por transmisión sexual, la que está relacionada con las normas y patrones socialmente establecidos que sirven para regir las construcciones atribuidas a la sexualidad desde las diferentes fuentes normativas que configuran el marco de referencia sobre el cual construimos nuestras propias reglas.

Es así como el conocimiento sobre el VIH, aunque es casi universal, pues un gran por ciento de la población ha oído hablar de esta pandemia, encuentra vacíos que podrían incrementar el número de infectados, por los errores que se cometen frente a las medidas de prevención, debido al bajo nivel de percepción del riesgo que existe.

La modificación del comportamiento sexual ha sido uno de los aspectos más significativos que deberá lograrse en la prevención de las ITS y dentro de ellas,  en la infección del VIH; sin embargo, ha constituido uno de los temas más difíciles de interiorizar porque está asociado al aspecto subjetivo, relacionado con la alta prevalecía de actividad sexual sin protección, por lo que se ha convertido en uno de los peligros mayores y latentes de la modernidad, lo que nos ha llevado a replantearnos formas novedosas para evitar su aumento.

La educación es fundamental para la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo relacionado con el VIH y mitiga sus efectos en individuos, familias y comunidades (UNESCO. 2008) es decir que contribuye a reducir los comportamientos de riesgo, por lo que educar en salud, entonces, presupone desarrollar conocimientos, hábitos, habilidades y actitudes favorables hacia nuevos estilos de vida a través de la comunicación.

Las experiencias acumuladas en la prevención de las ITS/VIH por la autora han originado reflexiones en relación con la necesidad de abordar con enfoque pedagógico, la labor de prevención que se desarrolla en el ámbito escolar. Su tratamiento servirá de herramienta para elevar el conocimiento de esa comunidad universitaria y lograr adecuados modos de actuación entorno a la vida sexual. Porque lograr la percepción de riesgo del VIH/SIDA como elemento educativo consistirá en proporcionar los medios necesarios para mejorar la calidad de vida y ejercer un mayor control sobre la misma, ya que, para alcanzar un estado adecuado de bienestar físico, mental y social, cada individuo o grupo deberá ser capaz de identificar y realizar sus aspiraciones, de satisfacer sus necesidades y de cambiar o adaptarse al medio que le rodea.

“La sexualidad nos resulta obvia, cotidiana y conocida, pero no es fácil definirla ya que constituye parte integral de la personalidad de cada individuo, al tener condicionamientos biológicos, psicológicos, sociales y culturales inherentes a la condición humana. Ésta, entendida como la forma en que nos comportamos, relacionamos y sentimos como hombres y mujeres. Se concibe, además, como la vivencia subjetiva, dentro de un contexto socio cultural concreto del cuerpo sexuado, lo que la hace un eje en el desarrollo del ser humano” (González y Castellanos, 2006)

La sexualidad como una compleja manifestación se construye, se vivencia, se hace crecer, se comparte, se proyecta y se expresa en todas las dimensiones existenciales: individuo, pareja, familia y sociedad. El hombre y la mujer constituyen individualidades únicas, cuya personalidad sexuada se configura en una práctica transformadora, mediada por las relaciones mutuas con el contexto en el que viven y por los vínculos establecidos al comunicarse e interactuar con otras personas de ambos sexos.

Es, además, parte orgánica del lenguaje mismo de la vida, de su creación y recreación inagotables: del ser y el devenir de los humanos como especie. Se encuentra ligada al placer de dar, de recibir y de comunicarse en una relación sexual positiva, al descubrimiento, al amor y a la salud.

Luc Montagnier expresó en 1993 al referirse al VIH/SIDA “Se trata de una enfermedad ligada al comportamiento sexual. Solo un cambio de estas conductas nos puede proteger y limitar el mal, en espera del tratamiento y la vacuna…”

La educación de la sexualidad para lograr la prevención mediante la percepción del riesgo, constituirá la estrategia más eficaz para evitarla, porque la sexualidad es un hecho universal de vida, que no solo forma parte de lo más íntimo de nuestra individualidad, sino que no puede verse de manera aislada de las interrelaciones humanas, de la comunicación y del encuentro enriquecedor entre las personas en todas las facetas de la actividad social.

La preparación en el tema del VIH/SIDA como infección de transmisión sexual no curable, es una de las estrategias previstas en los planes de estudio de la formación de los profesionales de la educación de nivel superior, que incluye en el currículo de base, un sistema de objetivos y contenidos encaminados a la educación integral de la personalidad y como parte de ella, la de su esfera psicosexual, a través de las asignaturas de la disciplina Formación Pedagógica General.

Porque el conocimiento juega un importante papel, ya que un concepto o idea errónea genera un comportamiento irresponsable, la ignorancia engendra carencia de atención. El conocimiento y la información son recursos poderosos, ya que la cultura es básica para el desenvolvimiento humano; pero la información por sí sola no provoca cambios en los comportamientos, requiere convertir este conocimiento en una convicción, para que se asuma con responsabilidad y se puedan lograr cambios de actitudes, sobre todo en los momentos íntimos de placer.

Por eso la comunicación sobre los riesgos ha pasado a significar mucho más que el mero suministro de información de los mensajes de educación sanitaria a la antigua usanza, para convertirse en el fomento del diálogo público entre las diferentes partes interesadas en la solución de problemas sobre la base de necesidades. El conocimiento de los riesgos sanitarios es determinante para el bienestar futuro de muchas personas, pero éste debe basarse en la educación, a través de correctas formas comunicativas para lograr una percepción adecuada y prevenir con conciencia con relación a los actos que se realicen.

En 1993 Paulo Freire dijo “(... la educación es comunicación, es diálogo, en la medida en que no es la transferencia del saber, sino un encuentro de sujetos interlocutores, que buscan la significación de los significados)” Porque todo proceso comunicativo posee como objetivo comunicar algo e influir sobre las demás personas para que se produzca un cambio, ya que no sólo se da y se recibe sino que también se forma, ya que educar es un proceso de interacción y aprendizaje, en el que el diálogo juega un papel fundamental, en tanto permite compartir y socializar saberes y conocimientos desde una interrelación comunicativa y dinámica.

El término comunicación educativa, dado a conocer por la UNESCO en 1972, a partir del estudio de Edgar Faure señaló el cambio cultural generado por los medios de comunicación colectiva y los sistemas de información en la modernización de la enseñanza. En este sentido el organismo internacional depositó en la comunicación educativa la posibilidad de transformación cultural y recomendó la educación con, a través de y para los medios. La comunicación educativa se convirtió entonces en un campo cultural estratégico, que ha demandado un cambio en la percepción tradicional de la enseñanza, al tomar en cuenta en sus contenidos curriculares, la cada vez mayor cantidad de mensajes, técnicas y tecnologías de la información como espacios de mediación pedagógica y cultural.

En 1882 José Martí escribió: “Puesto que a vivir viene el hombre, la educación ha de prepararlo para la vida. En la escuela se ha de aprender el manejo de las fuerzas conque en la vida se ha de luchar ¨ y es que existe una gran necesidad formativa del tema de la sexualidad en los estudiantes de la Universidad de Ciencias Pedagógicas, que tienen el deber de educar a sus futuros alumnos. Para estos estudiantes se requiere la realización de actividades que propicien la interiorización de conocimientos acerca de la percepción del VIH, como premisa para la adopción de adecuados modos de actuación referentes a la sexualidad.

Es por ello la necesidad de realizar actividades, que contribuyan a la percepción de riesgo del VIH y les posibilite asumir una perspectiva más renovadora del saber a los estudiantes, para a través de la transmisión de mensajes de forma clara y precisa, asuman una nueva visión ante la vida como proceso de asimilación y objetivación de los contenidos, que posibilitará el conocimiento y aprendizaje necesario para calar en los individuos, movilizar su pensamiento y transformar su accionar en pos de una adecuada percepción de riesgo, una mayor prevención y una mejor calidad de vida, así como su preparación para educar las nueva generaciones. 

 

2. Conclusiones.


La educación como fenómeno social históricamente desarrollado y como núcleo del proceso socializador, ejerce una influencia decisiva en la formación del hombre al prepararlo para su incorporación social activa y para el disfrute y plenitud de la vida. Como respuesta a las limitaciones que se presentan en las instituciones educacionales a partir de un bajo riesgo de percepción de riesgo, surge la necesidad de planificar, organizar y dirigir un proceso que enfatice en el papel activo-creativo del estudiante, capaz de lograr transformar la realidad actual de la comunidad universitaria.

Para ello el profesor no será un transmisor de conocimiento, sino un guía y orientador cuya labor facilitará el análisis y la reflexión, para que de esta forma el estudiante aprenda a aprender, sin obviar la asimilación de conocimientos en el desarrollo de hábitos y habilidades y que les permita asumir un papel activo, logrando con su protagonismo un auténtico proceso comunicativo, por el alto valor formativo y desarrollador que se atribuye a la actividad y la comunicación.

Con un lenguaje determinado y estructurado que lo diferencien de otros discursos, con un carácter motivador, persuasivo y facilitador; porque un proceso realmente educativo tiene lugar solamente cuando las relaciones humanas que se producen en el proceso pedagógico no son únicamente de transmisión de información, sino de intercambio, de interacción e influencia mutua, lo que propicia el desarrollo de los individuos.

Toda educación tiene inevitablemente un carácter social y la Radio como medio educativo también lo posee, por ello se convierte en necesidad la realización de actividades para posibilitar el incremento de conocimientos, de manera que sean capaces de reflejar con su conducta profesional y social, el dominio de juicios que coadyuven a la formación de capacidades para poner en práctica una actitud responsable ante la sexualidad y la sociedad, que a su vez contribuya a prevenir el VIH/SIDA, en tanto asumir con determinación consciente la función que corresponde como educadores en su rol personal y social.


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